25°
JORNADAS INTERNACIONALES DOCENTES
Acercarnos a una capacitación
docente siempre es bienvenido para las que somos futuras maestras. En el
encuentro con otros pares y profesionales de distintas ramas, cada una va
“absorbiendo” y se va empapando de herramientas que nos ayudan a focalizar la
tarea desde otros puntos de vista.
En este caso, asistí a la 25°
Jornadas Internacionales de Educación, celebradas en el marco de la 42° Feria
del Libro de la ciudad de Buenos Aires. Si bien había sido partícipe de otras
charlas, era la primera vez que iba a una jornada extensa (dos días de
duración).
Al llegar al lugar,
rápidamente nos acreditaron y nos regalaron útiles escolares y varios catálogos
de diversas editoriales (debo admitir que me encanta todo lo relacionado con el
merchandising en este tipo de eventos). Nos dirigieron a uno de los pabellones,
el cual estaba perfectamente acondicionado con sillas y buena acústica.
La bienvenida estuvo a cargo
del Presidente de la Fundación El Libro (Martín Gremmelspacher) y por la
Coordinadora de las Actividades Educativas de la 42° Feria (Susana Avolio de
Cols). En estas jornadas, el ADN que caracteriza a las charlas es la pluralidad
de voces, tomar las problemáticas educativas en profundidad. Se pretende
abarcar distintos propósitos, para que los docentes que asistimos nos llevemos
no solo información, sino también ideas y propuestas. Si bien se caracterizan
por ser debates que año tras año se van modificando, cabe reconocer que hay
problemas y desafíos que siempre están vigentes en la vida escolar. La idea de
estas charlas es transmitir aportes novedosos y actualizados sobre estos temas.
En este relato, quiero destacar
y compartir con ustedes los apuntes centrales de las distintas conferencias,
aquellas cosas que me llamaron la atención y que merecen ser destacadas.
Día 1
Conferencia 1: “Ser,
pertenecer y educar”.
Soy una apasionada de
coleccionar frases que, por algún motivo, me inspiran, me dejan pensando o
simplemente me gustan. En este caso, la elegida es “el gran desafío de la educación es estrenar pasiones”. Con esta
expresión comenzó Josefina Semillán Dartiguelongue, filósofa. Para la
expositora, el pensar es el ser en totalidad, ya que mueve el afecto, los
sentimientos y brinda nuevos interrogantes. Gracias a los interrogantes, se
pueden plantear dilemas maravillosos y son la base para romper los prejuicios y
presupuestos. La educación, por su parte, es un sistema internalizado de
valores, en el cual lo que debería prevalecer es aquello que siento y vivo, no
sólo aquello que se recita mecánicamente. El pensar está presente en nosotros
también para sentir. Es cierto que esto es difícil en una escuela muchas veces
“estructurada”, en donde la respuesta por parte del docente es “porque yo lo
digo”. Debemos comprender que el niño es un ser, a quien todas las potencias ya
están dadas, pero aun así no están estimuladas ni aprovechadas. La rutina en el
aula mata la creatividad. La sorpresa de tomar distintos enfoques y abordar las
ideas de otra manera, es lo que nos permitirá desarrollar la inventiva. Aun
así, ¿por qué hay capacidades no tan valoradas en el aula? Muchas veces se
focaliza solo en la inteligencia, dejando de lado otras capacidades como el
arte, el baile, las capacidades físicas. Incluso la bondad también es una
capacidad, y no es tan valorada. Hoy hay que inventar, innovar, reformular las
posibilidades. Quiero cerrar con esta otra frase: “No tener miedo a tener miedo”. El miedo ante las cosas nuevas es
normal, tanto para grandes como para chicos, pero también es estimulante.
Conferencia 2: “Educar en la
sociedad actual”
“El
contexto es una serie de valores que impacta a la hora de enseñar”.
Éstas fueron las palabras elegidas por Guillermo Jaim Etcheverry, doctor en
Medicina y Profesor universitario. En la actualidad, el ser humano está
buscando experiencias desde lo material, de forma vertiginosa. Los valores
están perdiendo terreno. La escuela no escapa de esto, ya que se está
transformando en un lugar de adiestramiento, no en un sitio para que la
creatividad fluya. Somos testigos, pero también protagonistas de lo que está
ocurriendo. La imagen está robando terreno a la imaginación. En las aulas, esta
afluencia de “querer verlo todo” da paso a la poca estimulación de la
creatividad. La escuela tiene una labor contraestructural. El ser humano no
está completo, sino que necesita tiempo para formarse, tanto física como
psicológicamente. Cada niño tiene en su interior posibilidades y capacidades.
Es por eso que nosotros, como docentes, debemos estimular a los niños. El poder
del maestro está en lograr que el niño entienda, acepte y vea esas
posibilidades innatas que trae consigo, dando valor al tiempo, a la calidad. Si
bien no hay una sola manera preestablecida para esto, un docente con pasión puede
y debe transmitir y contagiar esas ganas. Hay que volver a las cuestiones
básicas, alejar al niño del tiempo rápido y acercarlo a otro tiempo, más lento
y emocional. “La cultura acelerada crea
consumidores, el tiempo lento hace creadores”.
Conferencia 3: “En busca de la
motivación perdida: recuperando la emoción de aprender (y enseñar).
La última charla del día fue
brindada por Juan Ignacio Pozo, catedrático de psicología. “En el marco de la motivación, lo que realmente preocupa es la
desmotivación”. El vínculo entre la educación y la motivación es estrecho,
y complementario. En la actualidad no basta sólo con transmitir el
conocimiento, sino que los niños deben tomar ese conocimiento y darle sentida.
El reto de la nueva alfabetización no es solo leer, escribir, sumar y restar,
sino que también son necesarias las alfabetizaciones de otro tipo (científicas,
gráficas, artísticas, informáticas). En el contexto de la educación, lo que no
motiva no se estudia. Motivar es, justamente, partir de lo que interesa para
llegar a lo que no: “motivar es mover
alguien hacia algo”. El aprendizaje requiere romper la inercia y usar
nuevos recursos (ya sean cognitivos, emocionales, sociales). Para recuperar esa
motivación, es necesario plantear tareas que conlleven a metas. Cuanto más
valor se le dará a la meta y a las expectativas, mayor será la motivación en el
aula y en las tareas diarias.
Día 2
Conferencia 1: “Pedagogías de
la fragilidad: educar y apasionarse por las vidas singulares”.
Este debate dirigido por Carlos
Skliar (investigador) comenzó con una frase singular y llamativa: “Debemos pensar en la pedagogía de la
fragilidad y no de la fortaleza”. Es necesario pensar aquellos que
pensamos. El pensamiento debe ser nómade, es decir, debe moverse y no quedarse
apresado en sentidos fijos y universales, si no se vuelve obsoleto. En el mundo
actual predomina lo mediático, separándose el mundo de la vida. Es por eso que
es fundamental desentender las grandes cruzadas y atender lo mínimo, lo frágil.
Cabe aclarar que lo frágil no tiene que ver con la situación de las personas,
sino que pasa por reconocer que, frente a este mundo y aquello que debemos
aprender, nuestra situación es de debilidad. La vida educativa debe reconocer
esta fragilidad emocional: el niño parte de la fragilidad para aprender. Es
necesario cuidarlo, no pensar en él como un adulto para el mercado laboral,
sino “dejarlo ser niño”, y aprovechar esa fragilidad para convertirla en todo
aquello que todavía no aprendió.
Conferencia 2: “Neurociencia
al aula”
“No
siempre que enseñamos el niño aprende”. Con estas palabras se inició esta conferencia
de la mano de Fabricio Ballarini (biólogo) y Rosana Fernández Coto (diplomada
en Neuropsicoeducación). Antes de contar acerca de esta charla, quiero decir
que fue la que más llamó mi atención ya que fue de las más claras y novedosas
de las Jornadas. A través de la experiencia, los docentes podemos ver que nada
es funcional o no funcional, ya que todos los chicos (y sus cerebros) son
distintos. La funcionalidad está dada por las características de cada uno. El
desarrollo de la ciencia y la tecnología abocados al estudio del cerebro se dio
con mayor énfasis en la década del 90. Como futuros docentes, debemos saber
cómo funciona el cerebro. Para ello, toma las riendas la neurociencia, la cual
estudia la funcionalidad, así como la estructura del cerebro. La neurociencia
cognitiva son las bases neurológicas básicas (percepción, recepción, memoria,
lenguaje), así como las áreas donde se dan las potencialidades de cada uno. Aquí
entra en juego la neuroplasticidad, es decir, las modificaciones y cambios que
sufre el cerebro cada vez que se incorpora un nuevo conocimiento. Rescato una
frase que se dijo en la charla: “enseñar
sin saber cómo funciona el cerebro es como querer dibujar un guante sin haber
visto una mano” (L. Hart). Reconocer las potencialidades de los niños es
poder ayudarlos a realizarse. Aprender es recuperar la información en el
momento oportuno. El buen alumno no siempre es aquel que saca más nota, sino
que puede retornar lo aprendido y aplicarlo. Y si bien muchas veces es
complicado, sólo cuando lo que explica el docente tiene un impacto emocional,
es cuando el niño aprenderá. Hay múltiples maneras de lograr el aprendizaje.
Por ejemplo, repetir los conceptos con variedad, enfocando en las diferentes
potencias que el alumno tiene en su cabeza. Recordemos que todos los procesos
se dan en el cerebro, por eso el factor “sorpresa” en el aprendizaje es tan motivador
para fijar los conocimientos.
Conferencia 3: “Los últimos 25
años de la educación. Una visión del pasado para proyectar al futuro”.
La última disertación estuvo a
cargo de Eduardo Lazzari, historiador. En esta breve reflexión acerca de la
historia y los avances y retrocesos de la educación. El sistema educativo no
sube, sino que baja con las nuevas generaciones, ya que, si bien los chicos
tienen mayores competencias que sus padres, la brecha entre lo que aprenden y
lo que necesitan socialmente es cada vez mayor. Se ha escuchado en muchos casos
que algunos padres se quejan con la frase “en la escuela, los chicos se
aburren”, pero es necesario que se sepa que la tarea de la escuela no es ser
divertida, sino que es enseñar. Los docentes, tantas veces mal valorados, son
actores de lo humano. Es una función social fundamental. La relación entre la
calidad educativa y la cantidad de niños en el sistema educativo debería ser
equilibrada. La consigna primordial debe seguir siendo educar a la mayor cantidad
de chicos posible, ya que, si un niño sale de la escuela con sus
potencialidades desarrolladas, es una herramienta para el futuro. La educación sigue siendo teniendo una mirada
dual para la sociedad: es fundamental con el estado, pero a la vez, hay una
insatisfacción por parte de algunos sectores con el sistema educativo. Se han
perdido en gran parte de los últimos 25 años los tres ejes de la educación:
inclusión, universalidad, calidad. Las aulas deben volver a ser un reflejo de
la sociedad, sin importar la condición social, religioso o política de los
chicos y sus familias.
El fin de las Jornadas fue con
un espectáculo folclórico de César Isella. Fue un cierre distinto y de calidad,
acorde al entorno de la Feria del Libro.
Esta experiencia me pareció
sumamente rica, ya que incorporar desde distintos puntos de vista de distintos
profesionales la mirada acerca de la educación me permitió acceder a
conocimientos nuevos. Profundizar en aspectos, algunos más clásicos, otros más
novedosos, es muy importante para la tarea como futura docente.
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