Poner límites a los niños a veces puede parecer agotador,
difícil, complejo. Cada situación cotidiana puede convertirse en una misión
difícil de llevar a cabo cuando los límites están ausentes.
Los límites son necesarios para vivir en sociedad. Sin ellos,
sería un caos la vida. El límite debe ser claro. Acompañar a los niños con
paciencia, es acompañarlos con inteligencia. No debemos olvidar que la “paciencia”
es saber esperar.
En los más pequeños, la curiosidad es una característica propia.
Cada etapa en la vida del niño, conlleva distintos tipos de límites. Desde muy
pequeños, los niños están regidos por el “principio del placer”.
Muchas veces, el llanto es considerado como un reflejo del
niño que se porta mal. Pero es importante saber que el llanto equivale a las
palabras que aún no pueden decirnos. Ese impulso es la herramienta que ellos
tienen para hacerse entender. Aprender a compartir, a esperar, es una
maduración que, con el tiempo y su desarrollo emocional, logrará a largo plazo.
El denominado “berrinche” o “capricho”, son reacciones del
niño hacia los adultos, en las cuales se pone a prueba, una vez más, la
paciencia. El niño está mostrando, con el berrinche, que hay algo dentro suyo
imposible de poder controlar. No olvidemos que somos los adultos quienes tomamos
las decisiones. Por eso, es clave no enojarse, porque esto es ponerse en el
terreno del niño.
¿Qué conviene hacer para poner límites?
- Hablarles con claridad, expresando lo que queremos que el niño realice. El “NO” no resulta ser la mejor salida para encarar un límite, sino que el niño entenderá mejor cuando se le habla de forma positiva.
- Explicar el por qué con pocas palabras.
- No lastimar la autoestima. Lo que hay que desaprobar son las actitudes, pero no a ellos.
Los límites debe ser una constante. A pesar que muchos creen
que los niños no entienden, ellos son una “esponja”, que absorben mucho más que
el adulto. El límite debe ser necesario, serio, corto, preciso, sin enojos. el límite es estar de un lado de una situación
X. Estar dudando de cual es nuestro lado, hace que el niño no sepa realmente,
al final, cuál es el límite. El límite sólo será límite cuando se puede
sostener. Con la presencia, con la calma, con la voz, con la comunicación.
Comunicarse con los niños es un acto que conlleva práctica. El
desarrollo del niño depende del adulto. Por eso es importante lograr una
comunicación y comprensiva, sin gritos ni exabruptos de más. Además,
es necesario que los adultos acuerden cuáles serán los límites que se pondrán,
de modo tal de no generar mensajes contradictorios.
Por último, otro punto importante, es darle al niño, frente
a los límites, espacio para tomar decisiones. De esta manera, aprenderán a
reflexionar sobre sus actos y tratarán de buscar soluciones a ellos, sabrán
cómo reaccionar y qué se espera de ellos frente a situaciones similares.
Hola Adriana!!
ResponderEliminarMuy interesante el informe que realizas sobre la importancia de los límites en general y algunas estrategias para la puesta de límites en niños pequeños.
Algunos aspectos para tener en cuenta: Es importante en el inicio del informe hacer referencia al encuadre del tema, quién es el conferencista, el título, el curriculum... y específicamente qué aportó a tu formación .
Un abrazo!!
LIliana